El tiempo, que todo lo cura, pasa sigiloso entre
las letras.
Hace poco en un mensaje de fechas navideñas alguien me sugirió
"¡Escribe!". Aquí estoy de nuevo, con más retos pero con el simple
placer de escribir, de leer y navegar entre las líneas de la infinita
incertidumbre de quien no tiene otro disfrute que ordenar unas palabras que
combinadas hacen, al menos, que parezcan pensamientos.
Ha pasado tanto tiempo que me dejé de lado para convertirme en un todo, que no
soy la misma que aquí tecleaba sin medida. He cambiado, no soy yo. Permanezco
en ese cuerpo que envejece con distintos raciocinios, reflexiones, sensibilidades y más
experiencias acumuladas. Pero soy otra mujer, más mujer, menos persona, más
gente. Ahora, en esa huida hacia delante, quiero volver aquí para recuperar
algunos de mis pedazos que quedaron en el camino, en el principio de ese
camino. Como una inercia feroz, vuelvo para coger impulso hacia el futuro, para
reajustar mi mente, mis letras y mis sentires. Dejadme volver aunque sea para
regresar a donde estaba hoy. No soy la misma que hace años permanecía impulsada
por otros principios. Soy la misma ideología, la simple transición del tiempo,
la misma melodía con diferente letra, sin compás ni entonación.
Dejadme seguir
cantando, dejadme coger fuerzas sin el ritmo ordenado de las palabras.
He
vuelto aquí, quizá para quedarme otro tiempo.
Todos estamos siempre en constante cambio. Eso es inevitable. Lo has explicado genial: "Soy la misma ideología, la simple transición del tiempo, la misma melodía con diferente letra, sin compás ni entonación". Lo importante es mantener viva tu esencia...Eso es la vida!
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