martes, 4 de agosto de 2020

¡Pero sigue siendo el Rey!

Con dinero hizo siempre lo que quiso y ahora tras una vida de lo más real se marcha sin dar cuentas, se escapa cual villano, forajido, él, ladrón con su saco.

A hurtadillas huye el monarca, a manos llenas y pesándole los bolsillos, no hay mayor descaro, que si algún día sirvió a su pueblo, hoy en plena crisis este mismo lee en las noticias sobre su escapada desde algún lugar cerca de las Bahamas. 

Juan Carlos "el campechano" con su maleta de ruedas y su yate privado deja a su hijo al mando sin dinero que heredar pero con toda la vida de lujo que él ya se supo pegar. Tras escándalo y escándalo la vida se la gozó y ahora que la justicia le mira de reojo ha decidido buscar un lugar mejor para alcanzar la jubilación. Que el monarca no quiere sustos, cacerías ni ser cazado prefiere seguir viviendo de lujos pero un poquito más alejado. 

La monarquía ya no sirve, nunca le fue útil a este país, nos vendieron por todos los medios que de algún golpe él nos salvó, ¡pero si él formaba parte del mismo y todo esto en parte se lo debe a quién aquí le colocó!

No queremos más sombras negras ni familias que aguantar, los aplausos y reverencias a la democracia paso tienen que dar. Solo así podrá existir ese día que ya cantaba el abuelo donde como españolitos vivamos en libertad.

Váyase Juancarlitos y llévese a su familia, a las coronas y las capas, a los bastones de mando, a las rodillas flexionadas y cualquier muestra de cortesía que aquí ya no tenemos paciencia para más tonterías.