jueves, 29 de abril de 2021

Dil me dard

Me dueles cerca del pecho,
más profundo que el corazón.
Siento un pinchazo allá adentro
desaliento, desazón.

Cómo me duele tu pena.
Cómo me duele tu olvido.
Cómo me duele esa lágrima
que hace un surco que se pierde en cualquier mar.

Cómo me duele la tristeza
de quien con los pies descalzos
recorre cualquier camino por unas migas
que en otra ruta previa no pudo encontrar.

Desde la distancia,
desde el ausente quejido,
desde el egoísmo más absurdo
de quien siempre tiene una barra de pan.

Te miro hoy y pienso
cuando nadie te recuerda,
cuando la pobreza tiene tu cara,
cuando el hambre tiene tu muerte.

Cómo me duele la injusticia
que arrebata contra tu alma
y nadie la quiere pensar,
nadie la puede ignorar.

Cómo me duele esa comparación injusta
ante la posibilidad de que lo que allí pasa
pueda llegar aquí 
y envestir de forma semejante,
lamentándonos solo por puro egoísmo.

Te miro hoy y siento, mucho.
Cómo me duele esa desigualdad que se construye,
cómo me mata a mí también cuando ya no puedes respirar.
Cómo me dueles hoy, cómo me dueles India.



Mumbai, 2013

Hace tanto que no escribía poesía o intentaba trazar algunos versos que hoy mi propia pluma se ha parado en seco para, después, guiarme por las rimas. 

Cuando el dolor en la distancia me azota fuerte me dejo llevar y puede que no sea lo mejor que haya escrito pero al menos algo ha salido sin perpetrarse dentro, ahora quizá duele un poquito menos cuando lo comparto. 

India me marcó demasiado, todavía lo sigue haciendo. Su alegría se está viendo desvanecida y hoy la he mirado a los ojos, mi llanto se ha puesto a su compás y le he llorado algunas letras que dejo por aquí.