viernes, 25 de mayo de 2012

Hoy me toca a mí

Nuestros días suelen llenarse de despedidas, reencuentros y nuevos abrazos de bienvenida y de hasta prontos.
También dicen que nuestra vida se llena de etapas, de capas, de sistemas, de límites, de miles y millones de conexiones o de un número ilimitado de elementos. Todo depende del punto de vista desde el que la miramos y el nivel de grados que nuestras emociones sientan ese día en el momento en el que analizamos nuestra existencia.
Buscamos la no etiqueta, la rotura de estereotipos y en cierto modo huir del nombrar lo que no queremos asumir, citar y en definitiva vivir. De este manera, mi cobardía una vez más me dará ventaja, una tregua para no decir, al menos por hoy, a cuanta gente echaré de menos a partir de ahora, pero a la que espero ver muy pronto para dar de nuevo esos abrazos, para no decir que espero que nos encontremos en el camino, para no desear toda la suerte del mundo o para  no decir que gracias, gracias, gracias por haberme hecho sentirme querida en la cercanía y en la distancia.
Así que como no se acaba nada, como no hay nada que concluir, como no hay nada que despedir, como no hay abrazos de hasta pronto según los ojos de mi propia cobardía:
                                                         BIENVENIDOS DE NUEVO A TODOS.

martes, 15 de mayo de 2012

Misteriosamente humano

Entrada relacionada con la siguiente noticia:
Nos dejamos llevar por los amuletos, los objetos que creemos que llevan suerte, las postales santorales e incluso algún que otro elemento indescriptible que no olvidaríamos por nada del mundo cuando nos vamos a enfrentar a una prueba decisoria en nuestra carrera vital.
Los toreros se santiguan y miran con orgullo las tablas y arena del ruedo, los futbolistas, hombres de la mar o algún que otro individuo, realiza diversas señales, rituales u ornamentas gestuales para encomendarse al cielo, al destino o a aquel que le quiera acoger con su suerte.
Echamos la culpa al olvido de las cosas que nos pueden respaldar e incluso al misterioso destino si los planetas se alinean o el cosmos se fusiona en una milésima de segundo las noches de luna llena.
Asistía ayer a una conferencia de James Randi, un hombre entrañable, con el típico físico de ese inconsciente colectivo de sabio que todo el mundo posee, sí, así es: no muy alto, casi encorvado, entrado en años, acariciando arrugas y peinando canas. Como decía, ayer tuve el privilegio para muchos o la desgracia para el grupo de charlatanes, de escuchar a una de las personas más escépticas que existen en el planeta llamado Tierra.
Nacemos y traducimos nuestra vida a rituales. Creemos que sin esos rituales nuestra vida no tendría sentido. Nuestro interior más cultural, creyente, amante de lo dramático o folclórico nos dice algo así como “Si no lo haces… algo irá mal”. Y es que parece que todos nos convertimos un poco en obsesivos y compulsivos sin apenas darnos cuenta, despreciando lo científico y dejando que el razonamiento fluya por algún sitio muy alejado de la realidad.
Afirmaba Randi que nunca había dudado de si existía o no un misterio inexplicable. Señores y señoras, todo tiene su lógica, su explicación, su parte científica, hasta el truco de magia más retorcido. Lo interesante de todo ello es que nuestra mente se ríe constantemente de nosotros, nos hace dudar y más aun si dejamos que nuestros sentimientos o emociones vuelen por encima de las posibilidades de la misma.
Los  por si acasos llenan constantemente nuestros bolsillos de esos objetos que hablaba al principio, nuestra mente de ideas y nuestra salud de incertidumbre, el problema se encuentra cuando los bolsillos se los llenan otros y es de objetos con el símbolo del Euro, del Dólar o incluso del Yuan.
Hay algo que aprendí ayer con James Randi: La vida se llena de oportunistas afortunados y dolientes desgraciados, amantes de lo desconocido y científicos anónimos, ficción y acción… pero al fin y al cabo, cada cual puede encontrar la felicidad, el entusiasmo o la ilusión en el recoveco más oculto y eso, desde mi punto de vista, eso si es un gran misterio.