martes, 16 de febrero de 2021

Nos quisieron robar la saliva

Nos rompieron las gargantas robándonos la saliva, quisieron callarnos, queríamos usarla para besos que se convirtieran en versos y nos hicieron apurar los lagrimales.

La vida no tiene la misma lectura si nos quitan el miedo a la muerte y las penas y alegrías se transforman en un mismo sentido, en el mismo sinsentido.

No nos quedaron ni garras, nos dejaron con el temor de a quienes les han arrebatado todo pero volvimos a ser fuego, la llama de quien desde la rabia más calmada iluminaba todo.

Quebraron los huesos que nos ataban al cuerpo, quisieron matarnos y fue entonces cuando nos hicimos libres, brotaron de las espaldas dos grandes alas y los pies dejaron de andar por las aguas. 
       
Dejamos de creer en la crítica infernal que no lleva a ninguna parte, que aturullaba la mente de quienes no podían mirar bajo su ombligo y pudimos volver a afinar nuestras cuerdas vocales.
      
El bosque comenzó a brotar, las manos se desencadenaron y aquellos quebrantos fueron raíces que no tardaron en volver a florecer en el alma.