sábado, 27 de octubre de 2012

Congela el tiempo


Entrada relacionada con la siguiente noticia: Relojes_de_invierno

Va llegando el frío entre sus hojas caídas, se apresuran las primeras lluvias otoñales que nos alejan con sigilo del amado verano.

Se van llenando de jerséis y botas los armarios, escondiendo nuevamente aquellas camisetas que enseñaban más que en estas fechas.

Se calla el sol y se anima el viento, las voces invernales se escuchan de nuevo y los relojes se vuelven más perezosos, dejando que sus manecillas se atrasen como un tren en la nieve o igual que una tortuga en un camino helado.

Es hora de que las oscuras golondrinas vuelvan a sus nidos, las palomas se dejen de equivocar o las gaviotas sepan de una vez por todas, dónde van.

Posiblemente Neruda escribiera sus versos más tristes en las noches frías del invierno, en una noche lluviosa, entre una taza de leche caliente y una de esas mantas que poco dejan pensar en frío, es probable que entre papeles y el tintero de la pluma gastado, se dejará llevar por los recuerdos de algún invierno ya pasado.

Vuelven las noches a media tarde, los días cortos y las madrugadas prolongadas. Vuelven las manos rojas y los mofletes congelados, vuelve sin duda el invierno pero lo mejor de todo es que ahora, las sonrisas pueden quedar congelas, paralizadas en el tiempo y de algún modo, podremos disfrutarlas más. Podremos dejarnos llevar por los copos que nos paran en el suelo, pero al menos, al paralizarnos podremos contemplar el lado hermoso del frío, la cara oculta de la luna o los pequeños pero grandes momentos que nos regala la vida si somos capaces de frenar, pensar, disfrutar y cómo no, vivir, que de vez en cuando, lo de vivir con el reloj congelado, no está de más.

martes, 2 de octubre de 2012

Despidos y despedidas


Entrada relacionada con la siguiente noticia: crisis_y_despedidas

Ya pasado septiembre, van dejándose caer las hojas, va despidiéndose el verano y se da la bienvenida a esa amada y extrañada rutina. 
 
Llegan los abrigos, los libros, los documentos, las filas, las esperas y en muchos 
de los casos, las despedidas.

Recuerdo hace unos años una conversación con una amiga sobre aquello que la televisión y los medios de comunicación denominaban como crisis, crisis económica, crisis de recursos... Hablábamos y señalamos, hace ya unos tres años, que todavía no conocíamos a nadie a quien le hubiera influido aquella temida crisis
Más tarde, esa palabra se amplió y se conocía ya la crisis emocional, algo así como la carencia de empatía, la necesidad de igualdad y comprensión, en definitiva la privación de todas esas utopías tan bonitas.

Ahora, unos años más tarde, pasó de nuevo septiembre y esa amiga con la que debatía sobre la actualidad salió fuera en busca su futuro, igual que otros muchos que han decidido abandonar su sitio y volar sin billete de vuelta.


¿Qué hemos hecho? ¿Soñamos demasiado? Tal vez... ¿Confiamos excesivamente en los mercados y el político? Es muy probable que hayamos puesto la mano en el fuego por alguien que simplemente está dejando escapar del país a la gente más preparada, más cualificada y en la mayoría de los casos con más ganas para enfrentarse al mundo laboral. Eso sí, al mismo tiempo que se asegura su propia supervivencia sin importarle, lo más mínimo,lo que le ocurra al resto.
Es muy simple: El ser humano posee necesidades biológicas como pueden ser comer, dormir, aparearse... y otras muchas necesarias para su propia evolución: cultura, educación...pero ahora, que no le extrañe a ningún dirigente político que ladremos como animales que somos, pues poco a poco, tras quitarnos nuestros privilegios, nos están quitando otro septiembre más, nuestras propias necesidades.