jueves, 31 de diciembre de 2020

Palabras de última hora

Va acabando este año tan confuso, tan enredado, tan simplemente extraño. Llega a su fin con todas las preguntas por resolver y la esperanza por desenvolver. 

Pasa lento y dejando en el camino a tantas personas que cuando arranquemos esta última página del calendario la pena, al menos un poquito, tendrá algo más de luz. 

Llegan mis palabras de última hora, mi poca capacidad de anticiparme se entremezcla con la calma que requieren estos momentos de espera para que algo mejor se aproxime. Ojalá estos 365 días que arrancan comprendamos y valoremos lo importante, sepamos con seguridad que ser valiente vale la pena. Es ahora cuando deseo de forma irrefrenable que este año los llantos sean de alegría, que la salud se celebre a cada instante y que los abrazos sean los nuevos saludos.


Por un año nuevo como los de antes, donde nos mirábamos la sonrisa y nos comíamos las miradas, donde nos derretíamos en besos y nos entrelazábamos en versos. 

Por un año nuevo donde haya poesía, donde las canciones se puedan cantar, donde el compás de la vida vuelva a ser un interminable cuatro por cuatro, donde enterremos al re menor y podamos de nuevo afinar las gargantas con nuestra mayor alegría. Donde bailar hasta el amanecer sea el mejor de los planes y el desgaste de nuestras suelas sea lo que más nos puede importar, donde el interés de todo el mundo se centre en el siguiente brindis. 

Por un año en el que podamos seguir protegiendo, queriendo y defendiendo la vida.

Por un año en el que vivamos. 

Mafalda por Quino

jueves, 29 de octubre de 2020

Machos con heridas, abuelas con delantal

Se esconde tras la chaqueta y debajo de su camiseta interior de tirantes, en su pecho peludo deja ocultas las vergüenzas de la guerra a la que nunca acudió. No le quedan agallas para defender nada, su dignidad la perdió cuando no estaba madurando, nunca lo hizo, nunca creyó en la libertad y siendo un españolito de los de gomina en la cabeza y serrín en el cerebro jamás fue capaz de pensar más allá del corazón. Incrustadas las costillas en el alma y desmenuzado a pedazos cualquier derecho, solo un hombre tan desvalido sería capaz de pensar solo en sí mismo. Nadie en concreto y tantos que se tragan las banderas para escupirlas en forma de odio son esos machos insensibles que contemplan los días sin creer en la vida.

¡Ay! Esta España de camisa blanca, sin tirantes ni gominas, con banderas de retales, no quiere ya tantos machos que no defienden más que sus ideales, esta tierra de misterios y de historias, de abuelas en la puerta del pueblo en la fresca narrando su recuerdo, de niños jugueteando en los patios del colegio, de posibles y quizá, no contempla ya la vida con aquello que pudo ser y no será. Ahora el tiempo se ha enfriado, ha cambiado aquello de la dignidad, pero todavía quedan derechos que defender, trozos por coser y abuelas que nos cuenten las historias secándose las manos en el delantal y descosiendo al mismo tiempo el odio que otros no quieren más que volver a traer.


Abuelas en Mijas, un verano, aquel verano. 2013.

martes, 4 de agosto de 2020

¡Pero sigue siendo el Rey!

Con dinero hizo siempre lo que quiso y ahora tras una vida de lo más real se marcha sin dar cuentas, se escapa cual villano, forajido, él, ladrón con su saco.

A hurtadillas huye el monarca, a manos llenas y pesándole los bolsillos, no hay mayor descaro, que si algún día sirvió a su pueblo, hoy en plena crisis este mismo lee en las noticias sobre su escapada desde algún lugar cerca de las Bahamas. 

Juan Carlos "el campechano" con su maleta de ruedas y su yate privado deja a su hijo al mando sin dinero que heredar pero con toda la vida de lujo que él ya se supo pegar. Tras escándalo y escándalo la vida se la gozó y ahora que la justicia le mira de reojo ha decidido buscar un lugar mejor para alcanzar la jubilación. Que el monarca no quiere sustos, cacerías ni ser cazado prefiere seguir viviendo de lujos pero un poquito más alejado. 

La monarquía ya no sirve, nunca le fue útil a este país, nos vendieron por todos los medios que de algún golpe él nos salvó, ¡pero si él formaba parte del mismo y todo esto en parte se lo debe a quién aquí le colocó!

No queremos más sombras negras ni familias que aguantar, los aplausos y reverencias a la democracia paso tienen que dar. Solo así podrá existir ese día que ya cantaba el abuelo donde como españolitos vivamos en libertad.

Váyase Juancarlitos y llévese a su familia, a las coronas y las capas, a los bastones de mando, a las rodillas flexionadas y cualquier muestra de cortesía que aquí ya no tenemos paciencia para más tonterías.


martes, 23 de junio de 2020

Junio sin verano

No habrá hogueras de San Juan ni fuego que queme los males cuando el mayor de los males impera. 

No habrá bienvenidas de verano ni bailes de medianoche, solo copas que se chocan con la distancia debida. 

El error de lo humano nos hará rectificar las andanzas, aprender y reaprender mientras suena una melodía diferente sin orquestas de pueblo, sin charangas al terminar la tarde. 

No quiero morir ahora, mi plan era hacerlo bailando frente a aquellas llamas que nos dijeron que lo mejor ahora está por llegar, en está noche no habrá final.

jueves, 16 de abril de 2020

Muérdete fuerte

Muérdeme el alma para que ahora la sienta. Se está yendo la primavera mientras desde los balcones vemos como caen ya las flores de los cerezos, más desnudos que nunca no volverán a dar los frutos con la misma alegría que siempre lo hacían.

Muérdeme la conciencia para que ahora la sienta. Se despidieron las hojas del calendario sin otro sentido que la mera supervivencia, la reflexión de quien no tiene nada que perder y tampoco nada que alcanzar.

Muérdeme la piel para que ahora la sienta. Se detuvo el reloj sin dejar de rotar el mundo y pasan las horas con la incertidumbre de no saber hasta cuando tocará seguir esperando algo que no sabemos que será.

Muérdeme desnuda, como vine al mundo, que no quiero dejar de sentir en este momento tan amargo, no quiero dejar de volar en esta triste melodía, muérdeme hasta que duela, hasta que la triste melancolía desaparezca y conozca mis sentimientos más profundos, muérdeme que no quiero morir con la rabia atrapada entre mis vértebras. Muérdeme hasta que perciba que ha pasado esta desazón sin aliento. Muérdeme profundamente para que en algún momento despierte, para que se desprendan de mis raíces esa anestesia amarga que no me deja avanzar, despiértame cuando vuelva el mundo a ser mundo y entonces podamos volver a soñar.
Fuente: https://www.flickr.com/photos/itxasocg

martes, 17 de marzo de 2020

Desde mi ventana


Nos dieron tantas pastillas para no soñar que acabamos soñando el doble, nos dejaron sin las alas para volar y no temimos caer una y mil veces de pie.

Llegó el apocalipsis en forma de bicho verde, el sofá y manta por obligación, los bailes en el salón, las cervezas como mucho en la azotea y acabamos hasta con las palomitas de maizales que estaban sin plantar.

De nuevo comprobamos que las heroínas y los héroes no llevaban capa si no bata blanca y mascarilla, desinfectante, una caja registradora bajo el brazo o un volante para recorrer cientos de kilómetros.

Empezamos a construir lazos invisibles de tu ventana a la mía y cual lorquianas comenzamos a escribir los versos, esta vez dejando atrás a Neruda para que fueran los más bonitos cada noche. A eso de las ocho de la tarde cuando las luces de la ciudad eran lo más ruidoso que había en las avenidas, la poesía salía a la calle y es entonces cuando nos dimos cuenta que había mucho más que nos conectaba.
Pasarán estos días y las oscuras golondrinas abandonarán mi ciudad, dejaremos pues nuestros respectivos nidos y tras tantas hojas del calendario revueltas, bajaremos a la plaza, nos quitaremos las pantallas de en medio y soñaremos con el mayor de los premios esta vez hecho realidad: volver a mirarnos de nuevo a los ojos.

Cuidaos mucho💗