miércoles, 19 de octubre de 2011

Tod@s con lazos rosas

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Ese día se levantó con fuerzas. Sentía que algo le llevaba levitando al espejo del cuarto de baño y aunque  todavía dormida, se esforzó por esbozar la más amplia de las sonrisas posibles.
Cuidadosamente se mojo la cara con agua tibia, y un poco más despierta volvió a mirarse al espejo, sintió nuevamente que estaba levitando, pero ahora, un poco más despierta. Volvió a sonreír, no sabía muy bien porqué pero aquella mañana le apetecía gritar a los cuatro vientos que de alguna manera se sentía feliz. Recordó el principio de las notas de una canción y como si  de la cantante de un grupo de rock se tratara comenzó a cantarla por el resto de la casa: I've got to break free. I want to break free, yeah!.   
Continuó tarareando a pleno pulmón aquella canción por el resto de la casa. Pensó qué ropa se pondría aquel día, le apeteció sentirse guapa. Abrió la ventana de su cuarto para que entrara la primera brisa fresca de la mañana y pudo comprobar que el sol quería colarse por su habitación.
Sentía que no estaba sola, se vio con fuerzas de caminar, de seguir, de poner un pie delante del otro y repetir esa acción cada vez más rápido como si tuviera que correr de forma muy acelerada para coger impulso y saltar muy alto.
Eligió uno de sus conjuntos preferidos, anudó un bonito pañuelo en su cabeza; un lazo rosa lucía en la solapa de su chaqueta. Había entendido que era tiempo de luchar, de cambiar la cara desde la mañana hasta el día siguiente y continuar riendo estaba vez desde dentro hacia a fuera para poder gritar al mundo que era alguien feliz y sin miedos y poder oír el eco del resto del mundo a modo de respuesta.

martes, 4 de octubre de 2011

Y fueron felicies y comieron... caviar a cucharadas

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Cayetana+Alfonso+Cayetana



Con alegría y sin tormento,
ya va llegando hacia el altar
aquella novia longeva
que se casa casi sin avisar.

De pobre no tiene nada,
registra títulos de condesa y marquesa,
como una niña ilusionada
a la cual le llaman duquesa.

A la tercera fue la vencida
y ya hay quien hace su apuesta
de que será la primera fallecida
en esta historia de pareja.

Con su nombre interminable
ya van dándose los quieros
para que así todo el mundo hable
y las cuentas se llenen de ceros.

Se les desea felicidad,
ya que descendencia poca encontraran,
alegría y longevidad
para la nueva pareja a la que algunos envidiaran.