lunes, 18 de enero de 2021

Melodía de un domingo menos feo

Ayer fui por primera vez a un concierto. No fui por primera vez en mi vida pero era como si por vez primera descubriera qué significa que el ritmo entre en todo mi cuerpo, qué significa que se introduzca en mi desde los oídos, como si supiera por primera vez qué es combinar instrumentos y hacer música, como si después de una vida pudiera disfrutar con los ojos cerrados de melodías desconocidas que poco a poco se van descubriendo. 

Ayer fui por primera vez a un concierto y supe que encima del escenario se expandía aquello que tras tantísimo tiempo había estado guardado en una caja de música y ahora se activaba cara el exterior, rompía con la monotonía temporal de esta incertidumbre tan fea, hacía añicos aquellos días grises aunque fuera solo por unos breves minutos y permitía gritar en silencio frente a la calma impuesta. 

Ayer, después de mucho tiempo fui por primera vez a un concierto y me volví a sentir viva.

Bombo y platillo.
XXVI ciclo de músicas dispares.
Zaragoza, otoño 2020.