domingo, 3 de febrero de 2019

Carroña sin duelo.



A muchas se nos encoge sin duda el corazón cuando una triste noticia lleva por protagonista un menor. Esto ocurre bien sea el pequeño y malamente mediatizado Julen, del que pocos se acuerdan ya pese al intenso seguimiento, a cientos que escapan de los países en conflicto, aquellos que sobreviven a la marejada, los que mueren en las aguas del mar, los que conviven con la pobreza o las que vivirán en un ambiente oscuro y nunca tendrán voz. Y hablo de todas las y los menores ya que comprendo que no habrá distinción y la moral social no será tan ruin y doble como la televisiva.  

Y sobre esta última vengo pensando hace unos días ¿Cómo nos enfrentamos al dolor? ¿Cómo nos venden las lágrimas? ¿Cómo enganchan a la pantalla sin poder engancharnos al respeto? El duelo es una construcción necesaria ante la muerte, el proceso seguramente de pasar del desconcierto, el desconsuelo a la lógica tan triste como evidente. Los medios no permiten asumir que existen tragedias inevitables y otras que podríamos evitar, la caja tonta nos lleva a la negación más absurda, a la sorpresa más idiota cuando descubrimos tristes finales.

De seguir así nos volveremos negacionistas, creeremos en la inmortalidad y retransmitiremos vía streming nuestro funeral. Nos dejaremos empañar por la carroña desde nuestro mando a distancia cubriendo nuestro pesar y sintiendo nuestro contacto social con un mero mensaje en las redes sociales, estando convencidas que así el mundo girará más rápido y lo habremos arreglado,

Mientras el mundo se fragmenta, la humanidad se descompone y los sentimientos más personales quedan ajenos a la intimidad, intentemos construir vida y creamos en ella, sepamos aguantar el dolor del mismo modo que las lágrimas harán que se cierren las heridas. Lamentemos lo inevitable pero impidamos aquellos tristes pésames que nunca ocuparan titulares.

Tristemente hay más menores detrás de las cámaras que también necesitan un rescate urgente. Tristemente hay una sociedad atrapada en menos de sesenta pulgadas.