Caer, caer y levantar, caer y levantar.
Caer y no querer hoy despertar.
Morder el pensamiento.
Fundirse en los silencios.
Desmenuzar los fantasmas.
Ser el propio fantasma.
Silenciar todas las lágrimas del mar seco de los huesos.
Caer y volver a despegar con un torbellino de turbulencias sin nada más que no pensar.
Caer y perseguir el suelo de las huellas.
Levantar una pierna y después volver a tropezar.
Romperse en mil pedazos.
Laminar todas las vertebras para diseccionar el pensamiento.
Caer, llorar, secar y volver a llorar.
Triste, apático y moribundo el cuerpo vuelve a caer.
Hablar y llorar, llorar a rabiar, hablar sin callar.
Callarse el corazón, silenciar el alma, detonar la razón.
Hablar y volver a hablar, poco a poco, aprender a caminar.
Romper, ordenar. Ordenar y sanar, hablar, escribirse en los versos, dejarse llevar, llevarse, llevar sin dejarse.
Tropezar sin caer, volver a levantarse, llorar, volver a destapar los labios del compás dormido de sus comisuras.
Volver.
No caer.
Caminar.
Vivir, aprender de nuevo a vivir.
viernes, 13 de enero de 2023
Llorarse la vida
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Vivir apasionadamente, la mejor receta. Gracias.
ResponderEliminarNo sé si tus palabras, que no fueron , saben a decepción, a falta de norte y libertad, o a fracaso... Pero ninguna opción me encaja,en un tiempo de compromiso y dignidad 🥰
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