Entrada relacionada
con la siguiente noticia: Euro-visión
Nos preocupamos por poner todo bonito, sin guirnaldas de los
chinos pero con luces de neón que nos recuerden a cualquier garito alternativo
que ya estamos acostumbrados a ver.
Intentamos mojarnos, hablar en inglés y lucir los vestidos
más “in” para estar lo menos “off” posible… Simplemente para expresar con
melodía lo que todos dicen con las mismas notas, pero en diferente orden, para
percatarnos de nuevo, que la música, cuando es cuestión de competir entre países
se trata, lamentablemente, de aspectos políticos.
La música huele a política y más si se intenta trasmitir a
nivel europeo. Abucheos hacia lo que los medios de comunicación nos dicen que
silbemos. Aplausos y apoyos a lo que los telediarios matinales y nocturnos nos
quieren decir que apoyemos y, finalmente, damos la victoria a una persona con
barba y con un vestido de lujo, aparentando nuevamente que se la damos por su
voz, pero simplemente gana por los pelos. Aparentando, otra vez, que somos muy justos, muy
respetuosos y estamos ante una Europa plural en la que lamentándolo de nuevo
nos escandalizamos cuando nos enteramos de que el vecino del quinto nació
Manuela y ahora es Manuel y que se casó con un tal Antonio que se había
separado de su mujer un par de años antes tras tener dos hijos.
No nos disgustemos cuando vemos escandalizarse a la vecina
del octavo piso cuando ve los calzoncillos del matrimonio colgados al mismo
tiempo, cuando nosotros mismos nos dejamos llevar por los medios y utilizamos el
aplauso gratuito ante cambios físicos poco comunes pero que poco a poco no
deberían de servir como espectáculo mediático como si de la mujer barbuda de un espectáculo
ambulante se tratara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario