martes, 5 de junio de 2012

Percatarse


Entrada relacionada con la siguiente noticia: Día_Mundial_del_Medio_Ambiente

Cuando aún éramos pequeños pero lo suficientemente mayores para comprender la importancia de los aspectos relevantes de la vida, recuerdo que en el colegio había un Día de la Naturaleza: todos nos dirigíamos hacia un lugar campestre y lo reponíamos de árboles, era como un acontecimiento especial, un día de alegría, reunión y respeto hacia todo lo que nos rodeaba.

Íbamos creciendo y términos como “Efecto invernadero”, “Polución” o “Contaminación”, pronto se incluían en nuestra lingüística particular.

Parece que superada esta época escolar, esa etapa llamémosla de inocencia, a muchos se nos olvidaba lo de la reforestación o la no contaminación… Claro, que más tarde, cuando vinieron advirtiéndonos del efecto invernadero, la importancia del agua o tal vez, de que dentro de unos cuantos años todos estaríamos calvos debido a la falta de ese bien preciado que es el H20, volvimos a percatarnos que lo que nos rodeaba era más valioso  de lo que imaginábamos.

Por supuesto, no tardamos de nuevo en olvidar los bienes valiosos y pasar a los lujos, al despilfarro y la falta de conciencia por todo aquello que la naturaleza había tardado miles y miles de años en lograr.

De nuevo, gracias a ese Día Mundial del Medio Ambiente, nos volvimos a dar cuenta de lo importante, valioso o preciado que era el mundo en el que vivíamos, pero tras mirar a nuestro alrededor, nos dimos cuenta que lo único que podíamos hacer era no perjudicar más todavía lo que nos rodeaba…

¿Ahora cómo le explicamos a la ardilla que cruzaba España saltando de pino en pino que tiene que hacerlo de edificio en edificio o de vertedero en vertedero? Supongo que ni con el mayor de los croquis lo entendería… ¡Vaya! Creo que esa ardillita pondrá una cara similar a la de nuestros nietos cuando les expliquemos qué es el chapapote, la primera línea de playa o las centrales nucleares.

Los textos bíblicos afirman que venimos del barro, es decir, de la tierra y del agua, mientras que para los darwinianos nuestro antepasado más lejano es el mono. Al parecer hace unos cuantos años, nuestra conciencia sobre la Naturaleza, era mayor.

Tendríamos que andar descalzos para dejarnos llevar por la tierra, nadar desnudos para sentir el mar o incluso gritar a pleno pulmón para comprobar que el aire aun puede ser aire puro.

De lo que no cabe duda es que nos movemos en un medio natural, vivimos en él y lo más seguro es que descansaremos en este mismo ambiente (si dejamos que perdure) por los siglos de los siglos, amen.

2 comentarios:

  1. Tienes mucha razón cuando dices que deberíamos andar más con los pies descalzos y sentir a la madre naturaleza. Nos proporcionaría armonía y conexión. Deberíamos darnos cuenta de lo que tenemos y concienciarnos de que, no dentro de mucho tiempo, muchos recursos se acabarán. Creo que es importante saber apreciar la naturaleza y ser sensibles ante algo tan "sencillo o simple" como un árbol, el mar, o el aire puro.
    Un saludo! ;)

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  2. Cuánta razón en lo de que tendríamos que andar descalzos...

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